Por Hugo Camus Palacios.
Su entusiasmo lo ha llevado con esfuerzo a convertirse en el cosmonauta que más vuelos ha hecho en el transbordador espacial (seis), y también en uno de los científicos más renombrados en Física del Plasma.
El astronauta norteamericano, de origen costarricense, Franklin Chang Díaz, vive con pasión la exploración espacial, especialmente con la posibilidad de una expedición al planeta Marte: «Si se puede soñar, deseo contribuir, tal vez con mi granito de arena, para que ese deseo de llegar al planeta rojo lo pueda realizar algún joven latinoamericano que esta soñando, tal como yo lo hacía cuando tenía seis o siete años», afirmó.
Su entusiasmo, que lo acompaña desde muy niño, lo ha llevado con esfuerzo a convertirse en el cosmonauta que más vuelos ha hecho en el transbordador espacial (seis), y también en uno de los científicos más renombrados en Física del Plasma.
Con su experiencia y enormes esfuerzos efectuados, primero, desde que abandonó su país natal para estudiar en los Estados Unidos, sin saber una palabra del inglés, y luego en las miles de horas de estudio y trabajo que lo llevaron a ocupar siempre los primeros lugares en el colegio, luego en la universidad, dio un consejo a los estudiantes chilenos: «Lo que yo digo a los jóvenes chilenos, y en general a todos los jóvenes del planeta, es que busquen proyectos para vivir, entrar y participar en esta gran aventura espacial, porque a ellos les pertenece el futuro. Es muy importante que los latinos tomen conciencia que los niños están jugándose ese futuro también, como lo hacen los muchachos de los países desarrollados».
Entre sus múltiples trabajos, investigaciones científicas y sus compromisos de difusión de la exploración espacial, Chang Díaz, ha apoyado dos experimentos nacionales: el del Mal de Chagas, liderado por la Doctora Silvia Sepúlveda, y el de las «Chinitas», como insectos depredadores de pulgones en ambientes de ingravidez.
A Marte en el 2018
El Doctor Chang obtuvo su bachiller en Ciencias, con mención en ingeniería mecánica, en la Universidad de Connecticut en el año 1973 y en 1977 obtuvo el título de doctorado en Física Aplicada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Cuando cursaba sus estudios universitarios, todos los comentarios giraban en torno a que no había ni trabajo ni buenas perspectivas en el campo espacial: » Incluso me decían que no pensara en dedicarme a este tema, porque no encontraría un puesto de trabajo. Había muchos ingenieros aeroespaciales sin un puesto de trabajo, manejando ascensores o echándole gasolina a los carros. Pero eso me pareció que iba a cambiar, así es que igual seguí con la idea y con mis sueños», comentó.
Hace 20 años que trabaja en diferentes laboratorios para poner a punto un motor de plasma que impulsará las futuras naves espaciales que viajarán a Marte y otros destinos dentro del Sistema Solar y ¿por qué no? de la Galaxia Vía Láctea.
– Ese sistema de propulsión, Doctor Chang, constituiría un avance revolucionario en los viajes espaciales…
– Ciertamente y la razón es la siguiente: para llegar a Marte, hoy día, empleando cohetes convencionales, que parecen de muy alta tecnología, demoraríamos casi un año en llegar y otro en volver. Esto es algo inaceptable, porque Marte es uno de los planetas más cercanos y si queremos explorar el espacio interplanetario responsablemente, no lo podemos hacer en períodos tan largos. Entonces hay que buscar un motor que nos ayude a ir muchísimo más rápido, diez veces más rápido. Ese es el motor de plasma.
– ¿Cuándo se probará ese motor en el espacio?
– Esperamos llevarlo en mayo del 2004 y probarlo a unos mil kilómetros de distancia de la Tierra. Ya hicimos una prueba de escape de plasma de hidrógeno en Houston, en junio del año pasado (1999) y resultó exitosa. Con todo, esperamos lanzar el cohete, con entre cuatro y seis tripulantes, rumbo a Marte el 6 de mayo del 2018.
Un latino a Marte
– ¿Qué sentido tiene para usted el viaje a Marte?
– El tema del viaje a Marte es el inicio de una gran aventura humana hacia al universo. Va a ser una aventura tan exitosa que opacará la magnitud de la expansión de Europa y el descubrimiento de América en el siglo XV.
– ¿Esa empresa se concretará como un gran esfuerzo de integración internacional?
– Creo que esa es la única forma. Los vuelos tripulados al espacio ya son irreversiblemente de carácter internacional. Ninguna nación tiene la capacidad ni los recursos suficientes para embarcarse en ese tipo de aventuras.
– Usted ha hecho realidad muchos de sus sueños ¿ Cuál es el siguiente?
– Si se puede soñar, deseo contribuir, tal vez con mi granito de arena, para que ese deseo de llegar a Marte lo pueda realizar algún joven latinoamericano que esta soñando, tal como yo lo hacía cuando tenía seis o siete años.
(Entrevista realizada en el mes de marzo del 2002, en Santiago, Chile).
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