«MI SUEÑO ES HACER REALIDAD UN NUEVO VIAJE A LA LUNA.»
Por Hugo Camus Palacios.
El astronauta norteamericano presenta un nutrido curriculum y experiencia espaciales. Participó en las misiones STS-50 del transbordador espacial Columbia, entre el 25 de junio y el 9 de julio de 1992 y en la STS-61,a bordo del Endeavour.
«Uno de mis sueños más preciados es ver que se hace realidad un programa espacial que impacte a la gente, como otro viaje a la Luna o una excursión tripulada al planeta Marte», comentó el astronauta Kenneth Bowersox, quien visitó Chile la segunda quincena de marzo del año 1994.
El astronauta norteamericano, con 38 años de edad, presenta un nutrido curriculum y experiencia espaciales. A la fecha ha participado en las misiones STS-50 del transbordador espacial Columbia, entre el 25 de junio y el 9 de julio de 1992 y en la STS-61,a bordo del Endeavour.
En su primer vuelo orbital, Bowersox piloteó el Columbia en una misión que duró 13 días, 19 horas, 30 minutos y 14 segundos, realizando 221 vueltas al planeta, en una misión que desplegó el satélite de comunicaciones Intelsat VI y se efectuaron diversos experimentos sobre el crecimiento y cristalización de proteínas y pruebas de calibración de instrumentos de medición de radiación ultravioleta.
En su segunda misión, también tuvo la responsabilidad de pilotear el transbordador Endeavour que orbitó durante 10 días, 19 horas, 58 minutos y 33 segundos el planeta, en un viaje que quebró el récord de una caminata espacial, totalizando 29 horas y 40 minutos de actividad extravehicular que fueron empleadas para reparar con éxito el telescopio espacial Hubble.
Con un gran sentido del humor, con calidez y sencillez, Kenneth, comentó brevemente que se sentía feliz de conocer, aunque sea por pocos días, Chile.
Entre sus recuerdos más queridos y que lo han marcado para siempre fue el día en que la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, NASA, le hizo en el mes de junio de 1987, invitándolo a integrar el cuerpo de astronautas de los Estados Unidos: «Fue algo muy memorable y también muy rápido, pues en dos meses tuve que vender el auto, la casa, los muebles… todo y trasladarme a Houston, Texas, la ciudad en donde se realiza el entrenamiento de los astronautas.
En su curriculum figura que en 1978 recibió el grado de Bachiller en Ciencias e Ingeniería Espacial en la Academia Naval de los Estados Unidos y un Master en Ciencias en la Universidad de Columbia el año 1979.
Horas previas al despegue
Lo habitual es que una semana o varios días antes del despegue del transbordador espacial, la tripulación de astronautas viaja a bordo de aviones T-38 desde Houston, Texas, hasta el Centro Espacial John F. Kennedy, en Florida.
«Siempre -relató- llegamos a Kennedy muy cansados tras realizar un largo y agotador entrenamiento, así es que el tiempo que permanecemos en Kennedy los dedicamos a descansar, a correr, a relajarnos y conversar con la familia. También nos preocupamos de reflexionar, repasar y reestudiar lo que vamos a hacer y a prepararnos mentalmente para la misión que vamos a cumplir en el espacio».
De acuerdo a una rigurosa agenda de trabajo y planificación, los astronautas ingresan dos horas antes al transbordador espacial instalado en una de las torres de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy.
Tras ser apoyados por personal técnico, mientras los ingenieros y un centenar de computadores chequean y rechequean todos los sistemas de la nave, y luego de colocarse los trajes espaciales para resistir la enorme aceleración que sufren en el despegue, los tripulantes ingresan por un estrecho cubículo al transbordador, luego de lo cual cierran la escotilla, se acomodan en sus asientos y comienzan una larga sesión de revisión de todos los sistemas.
«Llegada la hora cero, cuando se encienden los cohetes del transbordador espacial pensamos (sonriendo) aquí vamos. Es una sensación espectacular, sólo comparable a lo que uno siente cuando se gradúa en el colegio o en la universidad.
Arriba y abajo en el espacio
– ¿Qué se siente cuando se encienden los motores y comienza a elevarse el transbordador?
– Lo primero que se siente es un pequeño golpe, muy similar al que hace un tren cuando va saliendo de la estación y la fuerza de la aceleración, sobre el cuerpo, va aumentando más y más. Como uno va sentado de espaldas es allí donde siente el golpe. Inicialmente uno siente una G y media y en el próximo minuto y 30 segundos aumenta a 2,5 G y cuando se desprenden los cohetes de combustible sólido se regresa a la fuerza de 1 G, pero como el transbordador tiene menos peso puede avanzar también mucho más rápidamente y nuevamente sentimos, en los próximos seis minutos, 3 G azotando nuestro cuerpo.
– Tan sólo casi diez minutos tarda el transbordador, desde que despega, hasta llegar a órbita: «Es un viaje muy rápido, luego del cual necesitamos por lo menos entre media hora y cuarenta minutos para corregir la órbita de la nave».
– ¿Qué sensación de arriba y abajo se siente en el espacio?
– Es muy extraño, pues el cerebro, automáticamente tiene un sentido de dónde está el abajo y el arriba. Sin embargo, en l espacio no es necesario saber dónde está la tierra. Frecuentemente, cuando tu miras a través de una de las ventanillas, hacia arriba se ve la Tierra, pero para nosotros parece el cielo y no nuestro planeta. A veces jugamos a cambiar eso y colocamos nuestras cabezas orientadas hacia el piso del transbordador como si fuera en un barco con un piso de vidrio. Es como si un grupo de personas se sentaran en el cielo sobre el techo, mirando el aire desde esa forma.
(Entrevista realizada el 19 de marzo de 1994 H.C.P.).
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