Por Hugo Camus Palacios.
En una de las salas habilitadas para recibir a los medios de comunicación en el Centro Espacial Lindon B. Johnson, en Houston, Texas, Eileen accedió a responder las preguntas en una entrevista planificada para 15 minutos pero que se extendió más allá de una hora sobre el apasionante mundo de la exploración espacial.
Atractiva, con un gran sentido del humor y muy sencilla es Eileen Collins, la primera comandante de misión del transbordador espacial norteamericano y en el cual voló al espacio el primer experimento ideado por estudiantes chilenas del Liceo N° 1 «Javiera Carrera».
En una de las salas habilitadas para recibir a los medios de comunicación en el Centro Espacial Lindon B. Johnson, en Houston, Texas, Eileen accedió a responder las preguntas en una entrevista planificada para 15 minutos pero que se extendió más allá de una hora sobre el apasionante mundo de la exploración espacial.
De voz suave y expresiva, esta astronauta de 44 años con más de cinco mil horas de vuelo en 30 diferentes tipos de aviones y coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos tiene a su haber tres misiones espaciales con más de 550 horas acumuladas orbitando el planeta.
Sin esperar una pregunta, se apresura a señalar su satisfacción por el trabajo de estudiantes chilena en el experimento chinitas: «Felicito a las alumnas que idearon esta experiencia», indicó, añadiendo con humor que «las chinitas hicieron un muy buen trabajo. ¿Sabían ustedes que les pusimos nombres a las cuatro chinitas? Las bautizamos como John, Paul, George y Ringo, en honor a los Beatles».
De pelo castaño y ojos claros, Eileen, se convirtió en la primera comandante del orbitador norteamericano el 20 de julio de 1999, cuando el Columbia se elevó majestuosamente en la cálida y húmeda noche de Cabo Kennedy, en Florida, ante la presencia de la esposa del Presidente Bill Clinton, Hillary, y del director de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, NASA, Daniel Goldin, entre miles de afortunados espectadores.
Antes de esa histórica noche, el 5 de marzo de 1998, Eileen había señalado en la Casa Blanca, en Washington, durante una ceremonia en que Hillary Rodham Clinton anunció a todo el país que esta piloto de la USAF había sido seleccionada para encabezar la misión STS-93 del transbordador que «tarde o temprano los sueños se convierten en realidad», haciendo referencia a su selección como mujer comandante.
En la oportunidad la señora Clinton afirmó: «Cuando su misión, Eileen, sea lanzada al espacio, la próxima generación de niñas y niños serán capaces de mirar al espacio y pensar :No hay nada que yo no pueda hacer». Estudiar, estudiar y estudiar
– Eileen ¿Qué le diría usted a una alumna chilena que cursa su enseñanza media y sueña con volar al espacio?
– Cuando yo tenía 7 o 10 años, sólo había astronautas hombres. Hoy hay hombres y mujeres. Cuando yo tenía 21 años, la NASA contrató a la primera especialista de misión. Fue la primera mujer para el proyecto Geminis. Ella fue un modelo para mí. Aconsejo a las jóvenes chilenas a estudiar muy duro en el colegio, especialmente matemáticas y todo tipo de cosas, porque para llegar a ser astronauta hay que saber Química, Biología, Geología, Astronomía e incluso Historia. Hay que leer mucho, no importa la edad.
– ¿Cómo se dio la oportunidad para ingresar al programa espacial?
– Yo estuve justo en los momentos precisos en que se dieron las oportunidades para las mujeres. Cuando terminaba la enseñanza media se abrieron las posibilidades a las mujeres para poder llegar a ser pilotos y más tarde la NASA abrió sus puertas al sexo femenino. Yo estuve allí y aproveché esas oportunidades.
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