Gran parte de la historia de los acontecimientos que marcaron el desarrollo de la aviación en Chile tuvo su origen en el Aeropuerto de Los Cerrillos, el tercer aeropuerto internacional que tuvo el país, inaugurado el año 1934.
El primer avión a reacción que tuvo la Fuerza Aérea de Chile fue armado en el año 1953 en hangares de ese aeropuerto y luego despegó y voló por primera vez desde la pista del, hasta entonces, el principal aeropuerto internacional del país.
Se trata del “Vampire”, DH-115, cuyos primeros modelos –en parte de madera- arribaron a Chile desarmados y luego fueron puestos en operación por personal chileno e ingenieros ingleses en sus dependencias.
Las amarillas páginas de la historia recuerdan que el 9 de abril de 1954 despegó desde su pista el primero de esos aviones jet, de fabricación inglesa cuyo fuselaje estaba compuesto de partes de madera.
A su única pista e instalaciones arribaron, en el año 1955, los primeros aviones DC-6B, de cuatro motores con capacidad para más de 80 pasajeros, para la Línea Aérea Nacional, inaugurando con ello una nueva era de mayor comodidad y espacio para los pasajeros chilenos en las rutas nacionales e internacionales.
Más tarde, en el año 1957, lo hicieron los modernos jets F-80 y T-33, de fabricación norteamericana, constituyéndose en la segunda generación de aviones a reacción que recibió la Fuerza Aérea de Chile.
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